Bienvenidos a la Parroquia San Gerardo María Mayela


Hola amigos, comunidad en general, aquí estamos nuevamente tratando de ponernos al alcance de todos, al alcance de solo un clik de tu computadora.Tu Parroquia te da la bienvenida y por este medio podremos tenerte informado de todo en cuanto a grupos parroquiales y eventos en la comunidad, estaremos en contacto, como hermanos que somos.Demos gracias a Dios que por medio de nuestro Santo Patrono Gerardo María Mayela que nos bendice siempre.

¿QUIEN ES SAN GERARDO?


Nació en Muro Lucano (sur de Italia), en 1726, en una familia muy humilde. Al morir su padre, con doce años, trabaja en una sastrería para mantener a su familia. Tenia un aspecto enfermizo y era sencillo en el trato con los demás. durante un año fue sirviente de un obispo, pero a su muerte volvió a la sastrería.En 1749 llegó una Misión a su ciudad. Él se quedó encantado con los redentoristas que la predicaron, y decidió ser uno de ellos. Fue rechazado y a su madre se le dio el encargo que se le dijo que lo encerrara en la habitación el día de la despedida de los misioneros. Gerardo anudó las sabanas de su cama y se descolgó por la ventana, dejó escrito en una nota: “Voy a hacerme santo”. Debido a su perseverancia, fue admitido en los redentoristas, y profesó como Hermano Laico en 1752, en Deliceto.Era tal la pobreza en la que vivían los primeros redentoristas que Gerardo realizaba el oficio de pedir limosna por las aldeas y atender a los pobres que llamaban a la puerta del convento. En sus viajes asistía a todo necesitado, y ponía especial empeño en ayudar a las mujeres embarazadas y a los niños enfermos. Su presencia siempre era un signo de esperanza, y su fama de caritativo y bueno se extendía por donde pasaba. Fue redentorista 5 años, ya que murió enfermo en Materdomini, en 1755, con sólo 29 años de edad.

La Sabiduría y la Fuerza de la Cruz


San Gerardo es uno de los pequeños en los que Dios ha hecho brillar la fuerza de su misericordia. Entró muy joven en los Redentoristas, con la firme voluntad de “ser santo”. Gerardo, a pesar de no haber realizado estudios, había profundizado en el misterio del reino de los cielos y lo irradiaba con sencillez a los que se acercaban a él.
La fama de su santidad y la confianza en su intercesión siguieron creciendo después de su muerte. Su tumba sigue siendo hoy meta de numerosas peregrinaciones de Italia y de muchos países de todos los continentes. San Gerardo es un brillante ejemplo por su amor al Crucificado y a la Eucaristía, y por su devoción a la Virgen.
Nuestro mundo espera que se testimonien con franqueza la verdad, la sabiduría y la fuerza de la cruz (1 Cor 1, 17-25). La inculturación de la fe y los rápidos cambios sociales plantean al anuncio del Evangelio numerosos desafíos. Por tanto, a la proclamación clara de la sabiduría de la cruz se ha de unir siempre el compromiso activo de anunciar el “evangelio de la caridad”, sobre todo a los pequeños y a los pobres, como hizo san Gerardo, que comprendió bien el misterio de la cruz: misterio que ilumina el dramatismo del pecado y, al mismo tiempo, proclama la fuerza liberadora y sanadora de la misericordia divina.
Juan Pablo II: Mensaje a los Redentoristas (6-VIII-2004)